La jornada del 27 de marzo avanzaba a la espera de lo que pasara en el Parlamento Británico, pero sin sensaciones de pánico at all, ni siquiera en los mercados en teoría que deberían comportarse con más volatilidad. La libra incluso crecía algo y, como leía en un titular de una noticia al cierre , “UK Markets Facing Brexit Crisis and Most of World Doesn´s Care”. Es como si lo incierto de los escenarios en UK hicieran impredecible, incluso, el posible peor resultado derivado de los mismos, y como si el día viniera más marcado por lo que arrastra este tono generalizado, que por ese evento Brexit. Las encuestas seguían dando poca posibilidad al “no-deal”, sin moverse en torno al 0.25%, y el anuncio de May sobre irse una vez se apruebe el Brexit deal tampoco hacía al mercado “tirar” hacia un lado u otro. Aunque no todo era tan así, y todos, mal que bien, miraban de reojo a lo que pudiera pasar en la votación.
Y llegaban las votaciones, con la única vinculante que se reafirmaba en aplazar la fecha del Brexit, del 29 de marzo al 12 de abril si no se aprueba el pacto de May, o al 22 de mayo si se aprueba, por 441 votos a favor versus 105 votos en contra. Pero después llegaron los rechazos a las 8 enmiendas diferentes, algunas similares pero con algunos flecos que las podía hacer diferentes, y algunas que jugaban el papel de ser las más extremas y que salían derrotadas claramente. Era el caso de la planteada por un conservador y que, sin paños calientes, preguntaba acerca de la posibilidad de un Brexit sin acuerdo, con salida el 12 de abril, y que salía derrotada por 400 votos a favor versus 160 en contra. En general, todo este “circo”, con todos mis respetos, no hace sino mostrar claramente hasta dónde llega la capacidad de autobloqueo de un país ante un evento que cambia su historia de manera radical en caso de ir hacia la opción final y extrema, que ofrece salidas no lo suficientemente convincentes si se queda en opciones intermedias, pero que tampoco se acepta que vuelva a la opción de despertarse y pensar que todo fue un sueño, porque una de las enmiendas votadas ayer iba de eso, de dar marcha atrás de manera inmediata al proceso de salida de la Unión Europea, también derrotada por 184 a 293.
Todo se retrasa a hoy, en que el presidente de la Cámara podría volver a llevar a votación las alternativas más populares, aunque seguimos hablando de votaciones no vinculantes y el Gobierno tendría que aceptar lo que surgiera de ellas. Y, entre las más populares, sí que hay que decir que aparecen esos escenarios que pueden descontarse como más ciertos, dentro de toda esta incertidumbre que rodea al proceso, y que son los de la posibilidad de un Brexit blando, que permitiera a UK estar dentro de la Unión Aduanera de manera indefinida, pudiendo lidiar con el problema de la frontera con Irlanda, y que e lmiércoles pasado perdía por menor margen que otras (264 a 272!). También la que traía a colación la posibilidad de un segundo referéndum en el que se decida por los británicos si se asume lo que derive del Parlamento o la permanencia en la Unión Europea, con una diferencia también estrecha (268 a 295).
Iván Sáez Fuertes | Executive Director | PAS – People Advisory Services